jueves, 15 de enero de 2015

Lauren Kavanaugh, la niña que vivió 5 años en un armario...

Cuando Lauren Kavanaugh tenía tan solo 3 años de edad comenzó su tormento. Su madre, Barbara, y su padrastro, Kenneth Atkinson, la confinaron a un armario de 1.20 por 2.70 metros en su residencia en Dallas en el estado norteamericano de Texas. Por increíble que resulte, la niña pasaría los próximos cinco años de su vida viviendo como una prisionera en este sitio, en medio de sus propias heces y sin ningún tipo de contacto con sus hermanos ni con el mundo exterior. Lauren solo podía salir del armario cuando el par de sádicos tenía deseos de abusarla sexualmente o torturarla.
Lauren Kavanaugh
La alimentaban con las sobras de la comida y recibía cantidades mínimas de agua. “Era una niña muy delgada, muchas veces me ataban y resultaba imposible pelear contra los dos. Fui torturada en múltiples ocasiones – como cuando mi madre me bañaba y empujaba mi cabeza debajo del agua. Cuando tenía seis años, cierto día, ella llegó con un plato de macarrones con queso y lo puso frente a mí y me dijo que podía comerlo. Pero después me hizo escupirlo todo”. Testifica Lauren, hoy con 21 años de edad.
Lauren Kavanaugh agresores madre y padrastro
Muchas veces la niña era quemada con un cigarrillo cuando era alimentada o cuando recibía el baño. Lauren recuerda escuchar a otros niños jugando dentro de la casa. Estos sonreían y parecían felices, mientras ella estaba encerrada en un armario oscuro y lleno de heces.

El hallazgo.

La pesadilla de Lauren terminó cuando tenía ocho años. Quien hizo la denuncia a la policía fue un vecino a quien la propia madre le presentó a la pequeña. El par de dementes se refería a la niña como “el secreto”. El testigo quedó aterrorizado con la situación de Lauren: estaba desnutrida, débil y pesaba menos de 11 kilogramos (el peso de un niño de dos años). También eran evidentes las marcas de tortura por todo su cuerpo.
Lauren Kavanaugh hallazgo
Este vecino denunció a las autoridades que actuaron de inmediato. Cuando la policía consiguió la orden e invadió la residencia de los Atkinson, el escenario era desolador. La niña estaba batida en sus propias heces, el lugar que servía como prisión también estaba lleno de excremento y el hedor era insoportable.
armario Lauren Kavanaugh
Lauren inmediatamente fue llevada al hospital. Debido a las pequeñas dimensiones del lugar al que había sido confinada, presentaba graves señales de atrofia. Su estado de desnutrición era gravísimo. Debido a la atrofia tuvo que practicársele una colostomia, proceso que consiste en la exteriorización del intestino grueso a través de la pared abdominal, para la eliminación de gases o heces.
Lauren Kavanaugh
Los médicos emplearon en Lauren el mismo método de alimentación usado en las víctimas del Holocausto. Debido al abuso sexual que sufrió, aunado a su corta edad y a su debilitado cuerpo, Lauren sufrió graves daños en los órganos internos, requiriendo una gran cantidad de cirugías reconstructivas.
Tras recibir los cuidados médicos, Lauren fue conducida al sistema de adopciones.

Relatos del sufrimiento de la pequeña.

Blake Strohl, la hija mayor de Barbara y media hermana de Lauren, cuenta que a sus 10 años vio a una niña lastimada en numerosas ocasiones. A veces, sacaban a su hermana del armario en el medio de la noche y le daban un baño. La niña tenía quemaduras de cigarrillos por todo el cuerpo, manchas de sangre y la vagina hinchada.


“Yo sabía que necesitaba ayuda. Ello logró hablar conmigo, pero era como si estuviera hablando con una bebé”. Dijo la joven, actualmente con 23 años.
Al Dallas Morning News, Blake también relató que la vida sexual de su madre y del padrastro era bastante activa.
“Sabía que tenían mucho sexo porque podía escucharlos, pero no sabía lo que estaban haciendo con ella. Siempre tenían la música muy alta. Lauren gritaba, pero siempre creí que le pegaban. Ella gritaba demasiado”.

Lauren recuerda que la primera vez que se le permitió salir del armario, desde que había sido encerrada, fuera para ser violada. “Pusieron música country a un volumen muy alto para ocultar mis gritos. Después de horas de abuso, me regresaron al armario, confusa y en agonía. A partir de aquel momento, se convirtió en mi nueva casa. No podía hacer nada en la oscuridad. Dormí ahí y tuve que usarlo como baño. El tapete estaba encharcado de orina y yo estaba sobre un cobertor delgado, mojado”.

Castigos para los abusadores.

Caso Lauren Kavanaug (9)
Caso Lauren Kavanaug (8)
Barbara y Kenneth Atkinson fueron condenados a cadena perpetua (una fuente norteamericana afirma que podrían apelar la sentencia en 2031).

La vida de Lauren en la actualidad.

Actualmente Lauren vive con su madre adoptiva, Sabrina Kavanaugh, y tres perros. Sabrina y su esposo Bill adoptaron a Lauren cuando tenía apenas 1 año y 8 meses, pero perdieron la custodia de la pequeña cuando Barbaba, la madre biológica, solicitó a la niña de vuelva, afirmando que se había arrepentido de haberse deshecho de su hija. Cuando Lauren fue liberada de su prisión, Sabrina se apuntó nuevamente para obtener la custodia de la niña.
Caso Lauren Kavanaug (10)
Por primera vez en años, Lauren Kavanaugh dejó los antidepresivos y medicamentes para el trastorno bipolar. Pasó a hacer ejercicio, a conversar más y terminó la educación media. A los 21 años, la joven vive en una casa de campo en la ciudad de Canton, en Texas.
Caso Lauren Kavanaug (12)
Después de librarse de sus verdugos, la vida de Lauren fue difícil. Tuvo que luchar contra la depresión, los pensamientos suicidas y tuvo muchas dificultades en la escuela. Fue transferida a un centro educativo alternativo después de participar en una pelea. Ella recuerda que ese centro educativo fue el punto de inflexión, pues ahí comenzó su terapia residencial y conoció a otros sobrevivientes del abuso.
La adaptación de la niña después del trauma fue lenta. Ella cuenta que, cuando su madre adoptiva la ayudaba a tomar el baño, ella gritaba “no me ahogues”. Lauren también recuerda que no había pasado por experiencias básicas, como jugar: era una niña que prácticamente no tenía idea de cómo divertirse con un juguete. Después de vivir dentro de un espacio de unos pocos metros, ella cuenta que recuerda la primera vez que pisó el pasto.
“Pensé que el pasto me estaba mordiendo”, dice.
Lauren Kavanaugh y su madre adoptiva
Tenía el comportamiento y la mentalidad de una niña más pequeña y tuvo que someterse a tratamiento psicológico. Ahora Lauren está por terminar el bachillerato y piensa en iniciar una carrera como psicóloga para convertirse en consejera y ayudar a otros niños que sufren de abuso a superar el trauma y la violencia, de la misma forma que ella tuvo que hacerlo...









Un hombre que llevaba 8 años 'en coma', estaba en realidad consciente

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Un hombre que permaneció más de 8 años encerrado en su propio cuerpo sin poder moverse y sin que nadie notara que en realidad estaba consciente, logró 'volver a la vida', pese a que nadie esperaba que saliera del estado vegetativo
Martin Pistorius, un sudafricano de 38 años de edad, relató su escalofriante historia a la radio estadounidense NPR. Cuando tenía 12 años enfermó con meningitis criptocócica, y en apenas dos años quedó postrado en un estado completamente vegetativo. Un par de años después recuperó paulatinamente la conciencia, pero no recuperó la habilidad de moverse, hablar o establecer contacto visual. Los siguientes 8 años permaneció "encerrado" en su propio cuerpo, mientras todo el mundo pensaba que estaba en coma.
Al establecer su diagnóstico, dos años después de enfermar, los doctores estaban seguros de que moriría pronto y lo enviaron a su casa. Sus padres lo cuidaban diariamente sin esperanza. Un día su madre se desesperó hasta el punto de que le dijo "ojalá murieras". Entonces, no tenía idea de que él podía escucharla.

Al despertar a los 16 años, y darse cuenta de que nadie podía saberlo, Martin primero aprendió a "apagar" su pensamientos. En aquellos tiempos las enfermeras en el centro médico donde sus padres lo dejaban cada día solían incluso maltratarlo, dejándolo en un baño frío, o forzándolo a beber té muy caliente. Años después, se hartó y entonces aprendió a identificar la hora, orientándose por las sombras. Luego dejó correr sus pensamientos y empezó a tener diálogos consigo mismo.
Poco a poco aprendió a mover su cuerpo. Cuando tuvo ya más de 20 años de edad aprendió a comunicarse a través de una palanca de mando, y eso fue el paso más importante para 'volver a la vida'. Aprendió a manejar la silla de ruedas y encontró su primer trabajo archivando papeles en una institución gubernamental. Luego ingresó en un colegio para estudiar ciencias de la computación y empezó su propia empresa de diseño. Escribió un libro, relatando su increíble historia y a los 33 años se casó. Ahora maneja una especie de teclado que sonoriza lo que quiere decir y está aprendiendo a conducir, pese a estar en silla de ruedas...



Escuchar colores, 6 datos sobre esta insólita habilidad...

Escuchar colores es un fenómeno neurológico sinestésico muy extravagante. Imagina que tu cerebro es una especie de televisor, con canales de audio y video separados. Ahora imagina que conectas el cable del audio en la salida del video. Si fueras una televisión, no pasaría absolutamente nada. Pero, como nuestro cerebro es una especie de tecnología sin igual, algo sucede y, ¡voilà!, funciona.
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Es una condición bastante loca, como si todos los sentidos se cruzaran e interconectaran, dando lugar asentidos diferentes. A continuación, intentaremos describir seis formas en que esta sinestesia puede cambar la forma en que una persona ve el mundo a su alrededor. Diviértete imaginando.

6 – Es casi imposible describir esta habilidad a otras personas.

Para una persona con sinestesia de léxico, por ejemplo, las letras, los números y los días de la semana tienen colores específicos y diferentes entre sí. Algunas personas incluso tienen la capacidad de “ver” sonidos, lo que resulta igual de fantástico. Tan fantástico que parecería algún poder de superhéroe de cómic. Pero estas habilidades son posibles porque algunas personas son lo que conocemos como “asociativas”, mientras que otras son llamadas “proyectoras”. Ser de la primera clase implica que esa persona no necesariamente tiene que utilizar los ojos para “ver” un color. Cerrar los ojos y concentrarse sería suficiente. Mientras que para los proyectores la cosa es diferente, esta clase realmente puede ver los colores, como si estuvieran en un eterno espectáculo de láser de Pink Floyd, lo que probablemente no es tan divertido como parece, especialmente en un ambiente ruidoso.
hojas
Eso parece muy sencillo en la teoría, pero en la práctica, describir lo que estas dos clases de personas ve es algo cercano a lo imposible. Es prácticamente lo mismo que explicar el color verde (o cualquier otro color) a alguien que nació con ceguera. Es increíblemente difícil entender el concepto de un sentido que no se posee.
Ahora piensa cómo una persona que tiene la habilidad de escuchar colores puede explicar que la letra A suena como morado, incluso si está escrita en negro.
Después de pasar la infancia viendo los dibujos animados del Pájaro Carpintero, probablemente aun mantengas en tu memoria aquella risa que sonaba en la apertura de la serie, ¿cierto? ¿Puedes escucharla ahora? (una disculpa por eso). Pues bien. Ser una persona asociativa con sinestesia lexical es básicamente así – sólo porque el Pájaro Carpintero no esté riéndose ante tus oídos ahora no significa que no puedas escucharlo”, explica un sinestésico.
Ver el sonido es como aquella escena de la película Fantasía, donde la banda sonora es representada como una línea recta que cambia de color y forma a medida que instrumentos diferentes producen sonidos diferentes.
Bastante abstracto, pero fascinante.

5 – Todo el mundo es del color equivocado

Sabes que el cielo es azul. El cielo siempre fue azul, aceptas eso y punto. Ahora imagina que todas las personas a tu alrededor insistieran deliberadamente en el hecho de que el cielo, en realidad, es verde. Esto terminaría enloqueciéndote después de algún tiempo, ¿verdad? Es así como se siente una persona que puede escuchar colores cada vez que alguien selecciona un color equivocado para una cosa.
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Sería algo tan malo como que alguien pintara el mar de verde en el mapamundi. O que seleccionaran el azul para señalar que un semáforo indica avance. Es algo simplemente erróneo. El problema es que sólo algunas personas tienen la habilidad de saber que el “miércoles” es verde, y que una carpeta para guardar documentos de un miércoles tiene que ser verde y de ningún otro color. Imagino que eso debe ser abrumador.
Sorprendentemente, existe cierto grado de convergencia entre los sinestésico (personas con esta capacidad) y los no sinestésicos cuando se trata del color que las cosas deberían tener. Por ejemplo, la mayoría de las personas concuerda con que la letra A es roja. De hecho, parece haber un esquema de colores universal en el que casi todo mundo está de acuerdo con aproximadamente la mitad del alfabeto, y nadie sabe a ciencia cierta porqué. Sin embargo, las asociaciones pueden ser exclusivas para el sinestésico individual. Lo que significa que algunos perciben a los lunes como azul y a los martes como rojo, y otros los perciben exactamente al revés. Es decir: no se trata de una ciencia exacta.

4 – Los colores que no existen hacen todo esto más complicado.
Los cerebros de los sinestésicos tienen una cosa en común: la capacidad de percibir colores que de hecho ni siquiera podemos recrear. Son los llamados “colores imposibles”. Si el hecho de explicar que escuchas colores ya es complicado, ahora imagínate como será explicar que escuchas colores que ni siquiera existen… es prácticamente un misión imposible.
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Por ejemplo, para algunos sinestésicos, las voces de algunas personas son asociadas con colores imposibles. Si alguien preguntara cuál es el color de una determinada voz y dicho color fuera un tono entre verde y rosa, es más fácil simplemente decir “verde” o “rosa” que perder un buen tiempo explicando un color del que no sabemos el nombre.

3 – Las voces de algunas personas son realmente feas.

Si vives preso en un cubículo al lado de un compañero de trabajo que parece un enemigo acérrimo de darse un baño, seguramente entiendes lo que es el deseo de ser capaz de desconectar los sentidos (en momentos estratégicos). Es precisamente así que se sienten las personas sinestésicas cuando algunos sonidos son asociados con colores muy ofensivos, y eso no necesariamente tiene que ver con cuan agradable sea o no dicha persona.
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Invariablemente, algunos de los colores que provocan un cierto malestar son relacionados con sonidos profanos y completamente desagradables. ¿Has pensado es una voz con un color polvoriento, o con un color de… vomito? O peor aún: un sonido que te hace ver algo tan sucio que simplemente terminas devolviendo el estómago. Pues sucede. Pobres sinestésicos.
Afortunadamente, como relatan algunas personas que pueden ver colores, eso no resulta del todo malo ya que la mayoría de los cantantes populares tienen voces muy agradables. La voz de Christina Aguilera, por ejemplo, es considerada de color rojo para algunos, mientras que las voces de los intérpretes de One Direction tienen varios tonos de verde y azul. Incluso la voz de Ke$ha, que es toda una cliente del autotune, es vista por algunos con un hermoso color de tojo rojizo.

2 – Tener el don de escuchar colores otorga una supermemoria

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Es una de las ventajas específicas que los sinestésicos poseen. Por ejemplo, un hombre consinestesia llamado Daniel Tammet ha recibido mucha atención del mundo científico por este motivo. Este hombre es capaz de asociar letras y números con colores, formas y sentimientos de una forma tan fuerte que puede realizar hazañas increíbles como recitar las cifras del número Pi hasta los 22,514 dígitos, y esto se debe a que tiene un contexto sólido para acordarse del orden de los números.

1 – La vida se hace más divertida

Toda esa experiencia de vivir la vida en colores que sólo los sinestésicos tienen parece emocionante. Y, según los relatos de quienes poseen sinestesia, realmente lo es. Al punto de que ellos no tienen ni la menor idea de cómo sería su vida si perdieran dicha habilidad, pero suponen que sería algo absolutamente aburrido.
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De la misma forma que estamos todos aquí quebrándonos la cabeza para entender la percepción del mundo que tienen estas personas, ellos también se rompen la cabeza al imaginar cómo es el mundo de las personas “normales”. Un sinestésico, por ejemplo, no tiene ni la menor idea de cómo es escuchar música clásica sin ver la música. Cuando una pieza está sonando, ellos son capaces de cerrar los ojos y ver la música. Y no de forma abstracta e imaginaría, como podrías suponer, sino como si se tratara de una pintura en movimiento, una imagen intrínsecamente entrelazada con el sonido.
cracked.